lunes, 11 de junio de 2012

La felicidad es un acto individual


Al parecer la felicidad no es conducto principal del amor... 

El dolor es quien en muchas ocasiones emana la infinita llama de la pasión y entre esos rincones, existen recuerdos que tropiezan sutilmente con la imaginación... Triste es la persona que analiza constantemente aquella locura, que hasta ahora no se ha encontrado algún medicamento para curarla
Existen un millón de novelas, canciones, poemas, pensamientos, acciones realizadas por estar bajo el efecto del amor, sin dudas las personas necesitamos de ese bienestar que en realidad es un malestar, que condesa los buenos pensamientos y los hace pequeños e inútiles. Va más allá de lo que todos sienten, no hay palabras para describir el proceso que tiene aquel romance que envenena el alma de manera tan dulce.

Pero esa sensación nadie la puede despejar ni olvidar, cuando se trata de una fantasía vivida en ese tiempo y espacio. A pesar de que todo es simple y satisfactorio, entender la caída del río y recordar su buena melodía es una tarea difícil para nuestras emociones, cuando lo único que deseamos en volver a beber de ese manantial de frescura. 


Creer fervientemente en lo que deseamos que suceda, rememorar las palabras que saltaron hacia el sol y cayeron como pequeños destellos sobre una piedra que jamás volverá hacer la misma, pero de la que podemos volver a asirnos cuando el corazón así lo disponga.

El viento continuará acariciando los troncos de los árboles y protegera las texturas incultas de ellos, porque la fuerza que emana, es la provocación de recordar lo feliz que pudimos ser y tímidamente sonreír otra vez.

(Sin dudas, la felicidad es un acto individual)





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