miércoles, 20 de junio de 2012

Amanecer en mí



Amanecer, despertar, abrazar con el pensamiento, conjugar los tiempos imperfectos en verbos tangibles y permitirme ser sin condiciones...

Desaparecer y deslizarme con tranquilidad, atreverme a columpiar los minutos entre sus manos, mientras mis torpes dedos se entretienen en no ser más que el vínculo con mis pensamientos.

Conseguir, discernir, divagar, dilucidar realidades que se vuelvan palpables, y que me lleven adonde la imaginación ya llegó.

Mis manías se vuelven desconocidas ante su mirada, cuando su voz inunda mi espacio y lo llena de una luz cálida y cómoda, que caldea éste interior abatido y lo vuelve apacible...

Ser, estar, latir, saborear... Nunca tan pocas palabras significaron tanto para mi...

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