viernes, 18 de enero de 2013

Soñando nomás


Me compre un pasaje al infierno y volví, como vuelven los viajeros, con la mente llena de imágenes superpuestas y palabras extrañas y sensaciones cruzadas. Pude volver gracias a las manos que me salvaron, esas manos tan conocidas.
No estaba de viaje, ni haciendo cosas raras, ni completando crucigramas por desvelo, y cuento...
Porque yo no se mentir, ni balbucear, ni enredar ni atropellar. Porque en cambio sé cambiar. Las vueltas en las esquinas hoy me devuelven esa seguridad que creo desparramar cuando siento que todo esta por estallar.

Allá a lo lejos entre la medianoche y el mediodía soñaba que podía soñar, y ahí cerré las puertas de mis infiernos.


Y entonces volví...

Y acá estoy, soñando nomás.

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