martes, 23 de abril de 2013

Un aplauso para mi


Hace un instante, mirándome las manos me di cuenta de lo insignificante que son las cosas.
Como todo termina y comienza en una mano.
Esa mano que tantas veces acarició, secó lágrimas, golpeó paredes y sintió dolor, y al fin y al cabo por las noches siempre está vacía.
Cada suave línea agrietada de mi mano dibuja caminos, entrecruza un pasado y pretende dibujar un futuro.
Nunca me había detenido tanto a mirarme las manos.
Cada dos líneas de este texto paro un instante a mirarlas, a revisar sus marcas y descubro que mis manos tienen entre las dos un solo lunar.

- Será una medalla por tantas batallas ganadas?
Considero que no son unas manos hermosas, es más sé que son bastante pequeñas, pero me dieron muchas alegrías en estos años.
Hemos jugado juntas, caminando por donde nos dejaron entrar, hasta tuvieron vida propia y adjetivos calificativos que las definieron como impredecibles, desvergonzadas, arriesgadas. Casi pornográficas manos.
Si bien últimamente sólo tiene usos rudimentarios, y básicos para vivir... hoy las choco y pienso inmensamente feliz... 

- Un aplauso para mí!

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