lunes, 1 de septiembre de 2014

Dejó ir


Ella deja marchar. Deja ir. Sin pensamiento o palabra, deja ir. Deja ir el miedo. Deja ir los juicios. Deja ir el enjambre de opiniones que confluyen alrededor de su cabeza. Deja ir el comité indeciso de su interior. Deja ir todas las razones correctas. Total y completamente. Sin duda o preocupación, sólo lo deja marchar. No pide consejo. No leyó un libro sobre cómo dejar ir. No buscó las escrituras. Sólo deja ir.
Dejó ir. Dejó marchar todas las memorias que cargaba en su espalda. Dejó ir toda la ansiedad que la mantenía moviéndose siempre hacia adelante. Dejó ir los cálculos y planes de hacer sólo lo correcto. No prometió dejar ir. No publicó nada al respecto. No escribió la fecha proyectada en su diario. No lo dijo públicamente ni puso un anuncio en el periódico. No midió el tiempo ni leyó su horóscopo del día. Dejó ir.
No analizó si debería marchar. No llamó a sus amigos para comentar el tema. No hizo un Tratamiento Mental Espiritual en cinco pasos. No llamó a la línea telefónica de oraciones.  No completó un mundo. Ella sólo dejó ir. Nadie estaba a su alrededor cuando ocurrió. No hubo aplausos o felicitaciones. Nadie le agradeció o rezó por ella. 

Nadie se dió cuenta de una cosa: 

Como la hoja cae desde un árbol, ella simplemente se fue. No hubo esfuerzo. No hubo lucha. No fue bueno, no fue malo. Fue lo que fue, y sólo eso.
En el espacio de dejar marchar, se dejó ser. Una pequeña sonrisa surgió en su cara. Una brisa luminosa sopló a través suyo. Y el Sol y la Luna brillaron por siempre jamás. 


 

‘She Let Go’

Rev Safire Rose


martes, 26 de agosto de 2014

'He.de.ser'


He de ser fuerte en la contingencia de la curiosidad. En la resistencia contra la rebeldía. No hay porqué terminar mal lo que bien empieza.
He de ser honesta en el devenir de los pensamientos. En la fatua persistencia del advenimiento. No hay por qué jugar con fuego si no hay llamas. 
He de ser lo que he de ser cuando deba serlo. He de ser lo que quiera ser cuando pueda serlo. He de ser lo que se me diga ser cuando se me diga serlo.

Pregunto.

No.

He de ser yo cuando quiera, cuando pueda, cuando deba, cuando me salga de los ovarios.

Respondo.

Y me río de la insensatez. Y me río de la ingenuidad. Y me río de lo utópico. 


Y me río, y me mar...
y laputamadre.

Porque lo que toca no es reír. Porque lo que toca tampoco es llorar. 


O sí.


lunes, 21 de abril de 2014

Refugio


Mis palabras que cuentan, que buscan, que muestran. Mis palabras que viven, que sienten, que dicen. Mis palabras que describen, que avisan, que anuncian. Mis palabras que callan, que disfrazan, que decoran. Extraño a mis palabras.

Mi calma y prudente selección de palabras que advierten, que declaran, que punzan. Mi irreverente y desorejada predisposición a las palabras que miman, que besan, que elogian. Mi pensada y ciudadosa conexión de palabras que frenan, que alejan, que rompen. Mi desenfadada y desprejuiciada construcción con palabras que invitan, que acarician, que abrazan. Mi innegociable confianza en que las palabras explican, reunen, comunican.


Hoy extraño profundamente la intimidad de mis palabras. 



viernes, 18 de abril de 2014

Aceptación


La tarea más difícil que debe afrontar cualquier ser humano es la de no ser aceptado, no ser comprendido, no recibir ninguna clase de calor. 
Algunos nunca tienen que enfrentarse a esta cuestión porque han aprendido a cultivar la adoración ajena, pero esos no nos interesan. Quien sabe que medios desplegar para obtener el resultado que persigue, no es más que un esclavo de la necesidad. Continuamente observamos a individuos que reptan en la mediocridad, que se esfuerzan por complacer, que medran socialmente calculando su amabilidad, descubriendo rápidamente cuales son las reglas de oro del grupo en el que se insertan, sus bromas permitidas, su inteligencia media.

Lo cierto es que es muy difícil sobrevivir sin reconocimiento. La falta de afecto ajeno nos aliena de nosotros mismos, nos derrota inexorablemente y, sin embargo, lo propio de la humanidad es la resistencia. 

Crear valor allí donde no existe, eso es lo propiamente humano. Es humano quien no se deja vencer, quien se arropa con la manta de su propio afecto, quien viste su orgullo con la misma nada. Esta tarea permanente de autoconstrucción no es fácil ni es grata. El cuerpo se revela y añora las prevendas que los demás ya disfrutan. 

El cuerpo no es paciente y a veces lo daría todo por una sonrisa amable, por un abrazo infinitamente tierno. Pero flaquear siempre tiene como recompensa escenas que nuestra mente ya ha anticipado y resulta inconcebible que podamos escapar del aislamiento de esa manera. 
Sólo respetamos a quien puede sorprendernos, pues añoramos cada día ser distintos para poder - también nosotros- respetarnos.

sábado, 18 de enero de 2014

Ironía Criminal


De repente te golpea. Sin advertencia, sin anestesia. Un golpe, el segundo que te toma pestañear. El momento donde todo se aclara, aunque el sol siga oculto. El momento donde todo se calla, aunque el tránsito esté de pie. Para salir adelante es preciso saber que existe algo que debe ser dejado atrás. La vida es una videograbadora vieja, que graba constantemente a contrarreloj. Y es preciso tener claro qué borrar. En un mundo de siete billones de personas, no es casualidad que determinadas caras se crucen por nuestra vida. Que los mismos ojos te puedan hacer temblar de llanto o de risa. Con tantas personas alrededor, estamos tanteando constantemente la soledad. El oscuro segundo en el que las puertas se abren. Las manos se sienten pesadas porque cargan con la decisión de vivir rezagado o simplemente existir. 

Y sin anestesia, la vida te golpeo.
Y aunque duela,  te toca seguir adelante.