Ahora, como el tiempo, ya empieza el
espectáculo de dinamitas que no explotan, de
preámbulos a un entierro, de las vueltas que doy para llegar a tu
esquina.
Y ahora de
nuevo, pero ¿cómo intento?
Ya se me apaga la madrugada.
El día menos pensado ya llegó, hoy te pienso en pasado, y lo que
pasa es que nunca paso de
la raya.
Me quedo inmóvil.
(Será mi alma y su comodidad. Seguro)
Después de el pensar viene el odiarse, después el olvidarse y luego seguro el volver a 'apreciarse', con todos los
instantes circulares.
(Pero mi círculo se cerró)
Lo mejor de las historias es no
empezarlas y aunque te borre de todas las agendas, sé que podrías ser sólo un teléfono que me aprendería,
u otra calle alejada, una calle tan lejana, que no conozco, ni sé su nombre.
Cuando somos
niños nunca pensamos en las consecuencias.
Cuando
somos niños nunca sufrimos como ahora...
(Motivos para trasnochar)