Las certezas desaparecen apenas abro la canilla de la ducha. Se resbalan y se desatan de mis músculos, de mis ganas, de lo que un día pensé que era indiscutible, incorruptible, incontestable.
Los terremotos son cambios, y en su naturaleza fulminan a todos los "in" hasta hacerlos pequeños, hasta que se convierten en una estrella perdida arriba.
En una luciérnaga a 300 mil kilómetros de distancia que parpadea y que se esconde entre las nubes...
(Y que a veces se apaga...)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario