Cada cosa que hacemos tiene consecuencias. Llamar a alguien. Pronunciar una palabra. Escribir un mensaje y no responder a otro que recibimos. No existen los actos gratuitos. Si tendemos un puente alguien querrá cruzarlo. Si lo destruimos habrá una persona que tal vez no pueda pasar. Si golpeamos una puerta es posible que alguien abra. Y después (obviamente) habrá que hacerse cargo. Atención. Hacerse cargo de algo no es bien visto, pero es la justicia con que la vida nos pone a prueba. Cuidado con lo que hagas. Tarde o temprano tendrás que pagar las consecuencias.
La vida es un semillero de actitudes... Al final del camino sí o sí, vas a tener que comerte tu cosecha.
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