Hay personas que siempre me ayudan a reconciliarme con la realidad. Hay vínculos eternos que me muestran que hay chances, que se puede crecer a la par de otras personas y seguir más o menos en el mismo rumbo. Hay momentos que son la clara representación de que uno bien puede, tantos años después, seguir eligiendo a las mismas personas. Las más importantes, esos amores que son los únicos que vale la pena cuidar.
Esta vez el que cumplió años fue él y hubo fiesta, una gran fiesta. No grande por el despliegue o por el número de gente o por la cantidad de copas, fue grande por la alegría.
Sólo estábamos los dos y nos sentimos vestidos para la ocasión, y nos mirábamos preciosos. Nos mirábamos y éramos uno solo como fue desde el primer segundo de su vida.
Repasamos fragmentos de su nacimiento, y como cada año desde hacen más de dos décadas nos reímos de su ceño fruncido al nacer... Es que éste "gurisito" nació enojado y todavía él y yo nos preguntamos porqué!
Hacen veintiún años que juntos vamos "rockeandole" a la vida una sonrisa cada día...
Y hasta ahora no nos ha ido nada mal!
Feliz cumpleaños Mocito MonAmour!
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