martes, 4 de septiembre de 2012

A partir del final


Sé que alguna vez me perdí en su mirada falsamente lastimera y palaciega, pero si alguna vez me pierdo nuevamente, prefiero hacerlo en mis letras de palabras sinceras.
En una ocasión fuí acariciada por unos brazos ansiosos por el premio fácilmente obtenible, pero si me dejo acariciar otra vez, será por unas manos hábiles y soñadoras, gustosas del detalle.

La canción que me persigue día y noche ya no es suya, no existe, mientras que una larga lista es sombra de su mirada y sonrisa especiada de amplios momentos dichosos. Momentos breves de mentiras eternas.
No contengo favores a quien sólo busca un objeto, termitero de mis emociones mundanas y cercanas a volverse obsoletas, entre la inmensidad de sus intentos neutrales por poseer lo verdadero. Cazador insospechado de una presa masoquista e insubordinada.

Aún recuerdo su rostro al creerle sin motivos para seguir. Aún concuerdan las emociones que me contradecían sin sentido, volviendo a reaparecer, dueñas de un estímulo incontrolado.
Hoy se destapa la caja de verdades en éste cuarto que es mi alma, encortinado hasta la saciedad, y que desaparezca con ellas el fantasma encerrado bajo siglos de antigüedad.

Finalmente, sé que él nunca más manchará con su liviandad una sola de mis lágrimas. Porque mi corazón es más grande, y late más fuerte que su ya mil veces declarada efímera humanidad.


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