Qué cosecha, me pregunto yo, mientras planeo la próxima huida de mi Alcatraz personal. El horizonte nunca estuvo tan lejos, y esas nubes parecen estar cerca, muy cerca.
La manta de mi mujer tóxica pica demasiado. No estoy segura de querer girar en esa curva, y se le digo, pero se resiste.
Con sus pensamientos sensibiliza todo lo que toca, con sus pe-zu-ñi-tas de animal a medio hacer, me rasga el alma.
(Lamuyputa).
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