sábado, 8 de septiembre de 2012

El peso de la realidad


Anoche desperté exasperada buscando un reloj que en realidad nunca existió, quizás porque yo soy el tiempo y sólo me encuentre en los pasos de los seres que realmente me valoran. 
No hubo algún número que me muestre la hora, pero si hubo un cielo que me mostró que las estrellas son como minutos inmersos en la galaxia, y ese cielo también me ayudó a comprender que del él no caen el amor ni la razón.


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