miércoles, 15 de agosto de 2012

Lo verdadero



Lo importante de conocer la verdadera esencia de las personas que nos rodean, y lo que ellas nos entregan con un verdadero ánimo de cariño, es lo que definitivamente importa para crecer de verdad. Cuanto más nos animamos a enfrentar la vida, más preparados estamos para superar el dolor de los gestos con los que otros nos lastiman injustamente.
Después de un tiempo aprendemos la sutil diferencia entre dar una mano y encadenar un alma.  Y aprendemos que el cariño no significa sumisión y la compañía no significa seguridad.
También empezamos a comprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y comenzamos a aceptar nuestras derrotas con la cabeza en alto y los ojos abiertos, con el donaire de un adulto, no con el dolor de un niño. Aprendemos a construir nuestros caminos en base al presente, porque el terreno del futuro es demasiado inseguro para hacer planes.
Después de un tiempo aprendemos que hasta el sol quema, si lo recibimos en exceso.
Por eso, sembra tu propio jardín y decora tu propia alma en vez de esperar que alguien te traiga flores. 
Cuando te animes a vivir segura de tus pasos, con el alma quieta y con la razón de saber que no tenés nada de que arrepentirte, es entonces cuando vas aprender que es lo que realmente podes y queres soportar...
En ese momento vas saber que sos realmente fuerte…  Porque aunque unos pocos, con una liviana actitud desmerezcan tu presencia y entrega verdadera, nada importará, ya que hay muchas otras personas que te valoran por lo mucho que vales.
Atacar en silencio es tan fácil como sacarse la duda con una simple pregunta.
Y aunque muchas veces ese silencio absoluto, y que sin razón alguna, de un momento a otro nos entregan, se convierta en una dolorosa balacera para el alma, debemos seguir con la seguridad y la paz, de saber que siempre entregaremos lo mejor de nosotros.



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